Los equipos automáticos de clasificación
instalados en las plantas recicladoras utilizan sensores de radiación
infrarroja para identificar los distintos tipos de plástico. Los materiales
fuertemente coloreados (absorben más la luz) dificultan la labor de las
máquinas. Además, su valor económico es inferior al de los envases menos
pigmentados.
Las etiquetas (adosadas a botellas/films
de plástico) de papel, por su parte, ralentizan la función de los separadores
manuales. La presencia de fibras de celulosa mientras se realiza el lavado
cáustico del plástico reciclado puede acarrear defectos superficiales u orificios
durante su soplado, por ejemplo.
Los tapones y precintos de seguridad que
no se desprenden por completo del recipiente o que pueden introducirse
dentro de este una vez vacío suponen el tercer inconveniente al que se
enfrenta un reciclado mecánico.
Las tapas metálicas pueden catalizar la
oxidación de los polímeros y atascar las boquillas de inyección de los
mecanismos. Asimismo, los restos de aluminio presentes en el
tanque de lavado pueden contaminar el material reciclado impidiendo su utilización
en aplicaciones para grado de alimentación (en el caso de los envases de PET).
Menos es más
Los diseñadores deben atender a las
necesidades del consumidor (que demanda una mayor variedad de formatos)
y considerar, al mismo tiempo, la reciclabilidad como línea prioritaria de
trabajo. Las medidas de implantación destinadas al aligeramiento de los
productos que estas han puesto en marcha han dejado fuera del mercado 56.800
toneladas de envases (datos de 2009-10). Otras acciones que desarrollan guardan
relación con la minimización del impacto ambiental de los envases desde su
fabricación, el fomento de la reutilización o la incorporación
de material reciclado.
El gestor de recogida y recuperación de
envases ligeros, papel y cartón decano en España recomienda tener en cuenta
cinco aspectos:
Color. Valerse de la
cantidad mínima y despreciar tintes que puedan añadir sustancias
tóxicas a la solución de lavado o tiñan ésta.
Desperdicios. Confeccionar envases con un cuello de menor altura y más anchura para
asegurar su vaciado. Contemplar recipientes cuya tapa se quede cabeza abajo en
su posición natural también ayudaría. Así como investigar cómo incluir aditivos
no adherentes que reduzcan la proporción de producto que queda pegada
a las paredes.
Sistemas de cierre. Deseche tapones metálicos de rosca o presión, así como
aquellos que contengan revestimientos y dejen anillas.
Elementos accesorios. Las asas, aplicadores, dosificadores deben elaborarse con materiales
compatibles a los del envase al que sirven.
Etiquetas. Reducir al mínimo la cuantía de adhesivo y su área de aplicación. La
utilización deacabados decorativos/protectores (películas o láminas metálicas)
tampoco es recomendable.
Más de 500 kg de residuos por habitante
Packs de leche que prescinden de su
estuche de cartón por un film retráctil que agrupa, además, a un número mayor
de briks. Bandejas de huevos que realizan seis pequeños agujeros sobre su
superficie para aligerar su peso. Latas de conservas de pescado que
consiguen el mismo efecto cambiando su sistema abrefácil con tapa de acero por
un pee-off de aluminio.
Botes de callos y fabada que litografían la
información del producto directamente sobre el recipiente.
Cajas de pizza que sustituyen su
composición química (barnices menos agresivos). Perfumes,
desodorantes o espumas de afeitar que emplean el plástico también en su válvula
de spray y no solo para el tapón, pasando a emplear un solo material en lugar
de dos (plástico yaluminio).
¡Adiós a las etiquetas de cartón colgantes
de tres piezas!
Si eres observador habrás notado
alteraciones similares en los productos que acaban en tu cesta. De ti depende
elegir los más comprometidos con el medio ambiente.
Cuando acabe el día, cada español habrá
generado casi un kilo y medio de residuos; 547 kg dentro de un año. Y, como
mucho, reciclará el 48%.
Fuente: ABC.es