jueves, 17 de mayo de 2012

Separar bien para reciclar mejor.



Los equipos automáticos de clasificación instalados en las plantas recicladoras utilizan sensores de radiación infrarroja para identificar los distintos tipos de plástico. Los materiales fuertemente coloreados (absorben más la luz) dificultan la labor de las máquinas. Además, su valor económico es inferior al de los envases menos pigmentados.

Las etiquetas (adosadas a botellas/films de plástico) de papel, por su parte, ralentizan la función de los separadores manuales. La presencia de fibras de celulosa mientras se realiza el lavado cáustico del plástico reciclado puede acarrear defectos superficiales u orificios durante su soplado, por ejemplo.
Los tapones y precintos de seguridad que no se desprenden por completo del recipiente o que pueden introducirse dentro de este una vez vacío suponen el tercer inconveniente al que se enfrenta un reciclado mecánico.

Las tapas metálicas pueden catalizar la oxidación de los polímeros y atascar las boquillas de inyección de los mecanismos. Asimismo, los restos de aluminio presentes en el tanque de lavado pueden contaminar el material reciclado impidiendo su utilización en aplicaciones para grado de alimentación (en el caso de los envases de PET).
Menos es más
Los diseñadores deben atender a las necesidades del consumidor (que demanda una mayor variedad de formatos) y considerar, al mismo tiempo, la reciclabilidad como línea prioritaria de trabajo. Las medidas de implantación destinadas al aligeramiento de los productos que estas han puesto en marcha han dejado fuera del mercado 56.800 toneladas de envases (datos de 2009-10). Otras acciones que desarrollan guardan relación con la minimización del impacto ambiental de los envases desde su fabricación, el fomento de la reutilización o la incorporación de material reciclado.

El gestor de recogida y recuperación de envases ligeros, papel y cartón decano en España recomienda tener en cuenta cinco aspectos:
Color. Valerse de la cantidad mínima y despreciar tintes que puedan añadir sustancias tóxicas a la solución de lavado o tiñan ésta.
Desperdicios. Confeccionar envases con un cuello de menor altura y más anchura para asegurar su vaciado. Contemplar recipientes cuya tapa se quede cabeza abajo en su posición natural también ayudaría. Así como investigar cómo incluir aditivos no adherentes que reduzcan la proporción de producto que queda pegada a las paredes.
Sistemas de cierre. Deseche tapones metálicos de rosca o presión, así como aquellos que contengan revestimientos y dejen anillas.
Elementos accesorios. Las asas, aplicadores, dosificadores deben elaborarse con materiales compatibles a los del envase al que sirven.
Etiquetas. Reducir al mínimo la cuantía de adhesivo y su área de aplicación. La utilización deacabados decorativos/protectores (películas o láminas metálicas) tampoco es recomendable.

Más de 500 kg de residuos por habitante
Packs de leche que prescinden de su estuche de cartón por un film retráctil que agrupa, además, a un número mayor de briks. Bandejas de huevos que realizan seis pequeños agujeros sobre su superficie para aligerar su peso. Latas de conservas de pescado que consiguen el mismo efecto cambiando su sistema abrefácil con tapa de acero por un pee-off de aluminio.
Botes de callos y fabada que litografían la información del producto directamente sobre el recipiente.
Cajas de pizza que sustituyen su composición química (barnices menos agresivos). Perfumes, desodorantes o espumas de afeitar que emplean el plástico también en su válvula de spray y no solo para el tapón, pasando a emplear un solo material en lugar de dos (plástico yaluminio).
¡Adiós a las etiquetas de cartón colgantes de tres piezas!
Si eres observador habrás notado alteraciones similares en los productos que acaban en tu cesta. De ti depende elegir los más comprometidos con el medio ambiente.
Cuando acabe el día, cada español habrá generado casi un kilo y medio de residuos; 547 kg dentro de un año. Y, como mucho, reciclará el 48%.

Fuente: ABC.es